Mensaje del Presidente: Julio 2021
Estimados miembros de la ACTO,
Es un placer y un privilegio poder servirles a través de la plataforma “en evolución” de ACTO. Hay mucho por hacer en los tiempos venideros, y buscamos su participación y compromiso activo. Decidí decir que sí a ser presidente de la ACTO porque es una forma de contribuir a la profesión que me ha nutrido y me ha hecho evolucionar hacia un mejor ser humano. Quiero centrar mi mensaje de hoy en la evolución dentro del campo del coaching y su impacto en la formación de coaches.
A medida que el mundo evoluciona, también lo hace el coaching y, por tanto, la formación de coaches. Que esta evolución sea consciente está completamente en nuestras manos y corazones como formadores de coaches.
A menudo me planteo preguntas sobre la naturaleza de la formación de coaches en la que me involucro. A continuación, expongo algunas de las preguntas en las que pienso.
- ¿La formación de coaches es reactiva y obedece a una necesidad que ya se ha articulado en los últimos meses o años?
- ¿La formación se basa en el marco y las estructuras creadas por otros y mi propio diseño de proceso encaja en este marco para ser relevante?
- ¿La formación de los coaches aprovecha el impulso evolutivo y yo diseño la formación de los coaches desde el campo de las posibilidades, un campo que informa sobre quiénes serán los coaches en la próxima década?
La toma de decisiones acerca de las opciones mencionadas anteriormente nos lleva a tomar decisiones de diseño específicas para nuestro plan de estudios y, lo que es más importante, para la forma de enseñar y formar.
Entonces, ¿qué distinciones hay en relación con estas opciones de diseño?
La primera distinción es diseñar a partir de una estructura conocida o de una estructura emergente. Esto se traduciría en el uso de un conjunto de competencias ya conocidas y de todo lo que está documentado sobre la formación de coaches, frente a la escucha en el campo de la emergencia de los coaches a los que servimos y de su propio viaje como personas y en el contexto de las comunidades a las que sirven.
La segunda distinción consistiría en diseñar espacios vacíos, desprovistos de lógica y explicación y de tiempo de prácticas. Estos espacios vacíos tendrían que evocar lo que está presente dentro de la conciencia del grupo que uno está formando, y que aún no ha encontrado voz o legitimidad. Por ejemplo, el trabajo de la identidad que es incómodo o amenazante para la autoimagen de los coaches.
Una tercera distinción sería aprovechar las múltiples inteligencias que posee el ser humano: cognitiva, relacional, ecológica, celular, emocional, del corazón, centrada en el propósito, etc. Durante demasiado tiempo, gran parte de la formación de coaches se ha centrado en el lenguaje y la actuación a nivel individual. ¿Podemos hacer algo más en este campo?
Cada vez más, los coaches traen temas y desafíos que requieren el acceso a la inteligencia que es planetaria en la intención y el alcance.
En ACTO, estamos comprometidos con la construcción de una red de aprendizaje y una comunidad que nos apoye en la toma de estas decisiones de diseño y en ser socios de sus organizaciones de formación de coaches pioneros en el currículo y los enfoques de enseñanza.
En caso de que se sienta identificado con lo que se ha compartido aquí y desee participar en una mayor exploración y en el proceso de pensamiento de diseño, por favor escríbanos.
Con aprecio y respeto,
Vikram Bhatt